Destacada actuación del Team Chile en el Gran Premio Colombia C2 de Pista
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Los calambres, esta activación muscular involuntaria, nos indica que algo no va bien. En algunos casos, es tan dolorosa que debemos parar hasta relajar el músculo afectado. La ciencia continúa estudiando los posibles orígenes o causantes de este trastorno y, aunque existe cierta controversia, parece que hay algunos desencadenantes identificados que podrían explicar la mayoría de los casos.
Una dieta poco adecuada, un exceso de fatiga general y muscular o una falta de hidratación, pueden ser motivos suficientes para sufrir un calambre. Aún así, es la combinación de alguno de estos factores la que potencia la posibilidad de tener calambres. Cabe destacar que en este tema también influye un factor individual, hay ciclistas con mayor predisposición a tener calambres por cuestiones meramente fisiológicas
LA HIDRATACIÓN
Una de las causas más comunes a la hora de padecer un calambre se sostiene en una hidratación insuficiente. Nuestros músculos están rodeados por un tejido a través del cual viajan los impulsos eléctricos que activan nuestra actividad muscular. Para que la conductividad eléctrica de este tejido sea óptima, siempre deberá haber una proporción adecuada de agua y minerales en el mismo, un defecto de agua o un desequilibrio en los minerales del tejido que rodea el músculo, pueden alterar la conductividad de estos impulsos eléctricos. Cuando alteramos la capacidad de conductividad del tejido, los impulsos que reciben nuestros músculos pueden ser mucho más erráticos, con lo que las activaciones musculares quedan también alteradas y es mucho más fácil tener contracciones convulsas o descoordinadas. Por este motivo, bebe regularmente, aunque sea sin sed, y procura que tu bebida contenga sales minerales. En este sentido también debes evitar situaciones que provoquen excesiva sudación y te deshidraten más fácilmente. No te abrigues en demasía e intenta evitar las cremas calentadoras en días de mucho calor.
DESARROLLO
No abuses del desarrollo. Llevar cadencias de pedaleo bajas durante largos periodos de tiempo pueden sobrecargar tus piernas. Mantén una cadencia fluida, ligera, cómoda, sin que por ello, alteres tu técnica de pedaleo. Lo más razonable son unas 90-100 pedaladas por minuto en llano y unas 75-85 en subida. Evita ir trancado, si ves que no puedes, sube un piñón. Las cadencias bajas comportan una mayor implicación de las fibras blancas, que se fatigan rápido, aunque permiten generar mucha fuerza. En cambio, las cadencias altas permiten solicitar más fibras rojas, que generan menos fuerzas, pero son más resistentes y retrasan la fatiga muscular. Al fin y al cabo, cuando la fatiga muscular es muy aguda, tenemos muchas más posibilidades de sufrir un calambre.
TUS LÍMITES
La fatiga es una de las culpables a la hora de padecer calambres. Para tener bien controlada la fatiga es recomendable no sobrepasar el umbral anaeróbico continuamente o durante mucho tiempo, ya que es en ese momento donde la musculatura soporta un mayor estrés fisiológico y se predispone a padecer calambres, especialmente, si nuestro nivel de entrenamiento es bajo. Muchas veces es mejor soltar rueda y recuperar tu ritmo, si te cebas en exceso, lo puedes pagar caro. Recuerda que el umbral anaeróbico suele estar entre el 85 y el 90% de la frecuencia cardíaca máxima.
DIETA
Una dieta carente de alimentos que contengan sales minerales como; sodio, magnesio potasio o calcio, también puede llevar a sufrir calambres, ya que son nutrientes claves en la contracción muscular. Por este motivo es conveniente ingerir sales tanto en tu dieta diaria como sobre la bici para mantener óptimos niveles de sales en tus tejidos. Alimentos ricos en estos minerales son las legumbres, hortalizas, verduras o frutos secos, entre otros tipos de suplementos alimenticios.
BICICLETA Y POSICIÓN
Una posición correcta sobre tu bicicleta es fundamental para que tu musculatura trabaje de forma eficiente, evitas focos de sobrecarga y fatiga muscular, que una vez más, pueden acabar en calambres. Ir demasiado alto, bajo, o con el sillín retrasado puede llegar a ser un problema que provoque calambres recurrentes. En este sentido, debes llevar una bicicleta de tu talla, así como colocar bien tus calas. Para asegurarse es importante hacerse un estudio biomecánico, así evitarás calambres e importantes lesiones que puedes padecer al trabajar en una mala posición.
Fuente: Arueda.com