Destacada actuación del Team Chile en el Gran Premio Colombia C2 de Pista
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En los últimos años, el uso y abuso de analgésicos y anti-inflamatorios no esteroideos (AINES) en competición e incluso entrenamiento, se ha convertido en práctica habitual entre deportistas amateurs de media y larga distancia, con el único propósito de rendir mejor y/o retrasar el dolor muscular.
Hay tres situaciones en las cuales el deportista suele hacer uso de este tipo de productos:
Acelerar la recuperación, muy habitual en competiciones por etapas.
Diluir y/o retrasar el dolor muscular con el objetivo de mantener el nivel de rendimiento, en este caso podríamos decir que tiene más bien un carácter preventivo.
Calmar el dolor provocado por una lesión, con el único propósito de salvar los obstáculos imprevistos en competición para cruzar la línea de meta. En este caso podríamos decir que el analgésico jugaría un papel claramente correctivo.
Desgraciadamente, hoy en día este tipo de productos se han convertido en habituales en nuestro hogar, especialmente si hablamos de Paracetamol o Ibuprofeno, con lo cual, directa o indirectamente hemos aprendido a convivir con ellos y como consecuencia en muchos casos abusar de este tipo de analgésicos. Pero…¿qué impacto pueden tener en nuestro organismo el consumo de este tipo de medicamentos? ¿Es recomendable su uso en competición y/o entrenamiento?
¿Es recomendable su uso en competición?
Esta es la pregunta que muchos deportistas se hacen: ¿Es recomendable tomarlo? ¿Me sentará bien? ¿Cuando me lo tomo?.
Personalmente creo que antes de tomar una sustancia de estas características, por suave que sea, uno debe haber experimentado previamente y conocer donde falla su organismo y como falla. Obviamente, un entrenamiento adecuado y perfectamente planificado a lo largo de la temporada nos debería permitir alcanzar el objetivo para el cual nos hemos preparado sin necesidad de echar mano de este tipo de productos.
No obstante, si aún y así, uno decide tomar analgésicos o anti-inflamatorios, deberá saber que no existe una clara evidencia científica que el uso de estas sustancias mejore el rendimiento o que acelere la recuperación.
Por el contrario, se sabe que existen una serie de efectos secundarios no deseables, derivados del uso de anti-inflamatorios no esteroideos (AINES) y que han sido reportados:
Cicatrización de tejidos. La reacción inflamatoria es parte importante en la cicatrización o reparación de tejidos lesionados como consecuencia del ejercicio, y el uso de AINES reduce esta reacción y por lo tanto altera la cicatrización de músculos, tendones, cartílagos…
Daños renales provocados por la falta de flujo sanguíneo en los riñones, ya que durante el ejercicio el corazón bombea sangre a los grupos musculares reduciendo el riego a los riñones. El uso de anti-inflamatorios además reduce todavía más el flujo sanguíneo a los riñones y por lo tanto aumenta el riesgo de provocar daños renales.
Dolor muscular. Está demostrado que el uso frecuente de estos medicamentos parece bloquear el crecimiento y fortalecimiento muscular que el ejercicio produce y por lo tanto, retrasa la recuperación.
Daño gastrointestinal. Por la misma razón que la falta de sangre a los riñones puede provocar daños renales, está demostrado que el abuso de AINES puede provocar úlceras.
Lesiones provocadas como consecuencia de una disminución de la percepción del dolor (la principal alarma del cuerpo) lo cual puede llevar a que el corredor se lesione y se produzca mayor daño sin ser consciente.
Mi opinión en relación al uso de analgésicos y anti-inflamatorios en competición es clara y rotunda, no tomes nada, vive la competición y súfrela a tope, solo sufriendo conocerás su dureza y valorarás lo importante de prepararse a consciencia para cumplir con el objetivo.
¿Es recomendable su uso en entrenamientos?
Si estamos de acuerdo que el beneficio del entrenamiento es generar adaptaciones que nos hagan más resistentes, que nuestros tendones resistan y se hagan eficientes ante un estímulo, que nuestro tejido muscular evolucione en cantidad y calidad hacia nuestras necesidades, etc… la toma de anti-inflamatorios para soportar mejor el entrenamiento será contraproducente.
Dos ejemplos concretos:
Britt Christensen et. al, 2010, demostraron que la ingesta de un anti-inflamatorio antes de un entrenamiento de running abolía las adaptaciones conseguidas por el entrenamiento en el colágeno de los tendones.
M. Machida, et. al, 2010, demostraron como la ingesta de un anti-inflamatorio en ratas durante un entrenamiento de resistencia, cancela las adaptaciones del tejido muscular para mejorar la resistencia.
Así pues, podemos extraer la conclusión de que ingerir anti-inflamatorios antes de un entrenamiento abolirá y cancelará parte de las adaptaciones producidas por el propio entrenamiento. Todo ello sin mencionar que el uso de anti-inflamatorios frena la regeneración muscular por lo que puede aumentar el riesgo de lesión.
¿Puede considerarse doping el uso de estas sustancias?
La pregunta que muchos se pueden hacer es: ¿Si diluye el dolor y puedo seguir compitiendo/entrenando sin sufrir tanta fatiga, podría considerarse doping? La respuesta es clara y contundente, NO, o al menos la Agencia Mundial Antidopaje no cataloga a estas sustancias como tal. Tengamos claro que a priori, este tipo de productos no tienen un claro impacto en la mejora del rendimiento deportivo, y lo que hace es modular o manipular las señales de dolor que nuestro cerebro envía para poder seguir rindiendo en competición.
No obstante, en Marzo de 2010, la Fundación Miguel Induráin realizó un estudio acerca de la Influencia de la ingestión de acetaminofén (paracetamol) en la marca deportiva durante una contrarreloj, en ciclistas y parece ser que los resultados dejaron muy claro que el consumo de estas sustancias mejoraba ligeramente el tiempo final.
“Los resultados de este estudio han observado una mejora en el tiempo de la contrarreloj, sin una mejora en la percepción del dolor o del esfuerzo. Por lo tanto, el paracetamol podría aumentar la capacidad de ejercicio (la potencia media durante la prueba fue superior con paracetamol) para el mismo nivel de percepción de dolor y esfuerzo”.
Aunque la ingesta de paracetamol no está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje, conviene ser precavido con estos resultados porque:
– El uso de medicamentos o métodos para reducir el dolor durante el ejercicio físico con el objetivo de incrementar la marca deportiva abre el debate de si es ético o no. Los deportistas que ignoran el dolor o son más tolerantes debido a la ingesta de analgésicos están más expuestos a corto y largo plazo a lesiones deportivas, ya que el dolor puede ser un mecanismo de defensa del tejido muscular dañado.
– No se conocen los efectos secundarios detallados a corto, medio y largo plazo de la ingesta de paracetamol sobre la salud.
– Se necesita realizar otros estudios que confirmen los resultados de este estudio.
No olvidemos que sentir dolor es -buena- señal de que nuestro sistema neurológico funciona, de que estamos vivos, así pues, ¿qué mejor manera de terminar que con una cita de Thomas Jefferson?: ”El arte de vivir es el arte de evitar el dolor y él es el mejor piloto, que nos guía lejos de las rocas y los bancos de arena que nos acosan”.
por Albert Zorrilla «Foxy».